Salmo 119:153-160 - La palabra justa



"Mira mi aflicción y líbrame, porque no me olvido de tu ley. Defiende mi causa y redímeme; vivifícame conforme a tu palabra. Lejos está de los impíos la salvación, porque no buscan tus estatutos. Muchas son, oh Señor, tus misericordias; vivifícame conforme a tus ordenanzas. Muchos son mis perseguidores y mis adversarios, pero yo no me aparto de tus testimonios. Veo a los pérfidos y me repugnan, porque no guardan tu palabra. Mira cuánto amo tus preceptos; vivifícame, Señor, conforme a tu misericordia. La suma de tu palabra es verdad, y cada una de tus justas ordenanzas es eterna."

El objetivo de toda ley es que las personas podamos vivir en paz, pero para que esto ocurra de verdad la ley tiene que ser justa, si no hay justicia en el caracter de la ley sin duda esta ley será un fracaso y además debe promover algún tipo de beneficio para toda o parte de la sociedad, de manera que la ley sirva como beneficio a la sociedad. La ley no debe atar sino servir y limitar el mal.

Sin duda, si hay una ley que es perfecta y justa, esta es la ley de Dios, "mira mi aflicción y líbrame, porque no me olvido de tu ley. Defiende mi causa y redímeme; vivifícame conforme a tu palabra. Lejos está de los impíos la salvación, porque no buscan tus estatutos. Muchas son, oh Señor, tus misericordias; vivifícame conforme a tus ordenanzas. Muchos son mis perseguidores y mis adversarios, pero yo no me aparto de tus testimonios. Veo a los pérfidos y me repugnan, porque no guardan tu palabra. Mira cuánto amo tus preceptos; vivifícame, Señor, conforme a tu misericordia. La suma de tu palabra es verdad, y cada una de tus justas ordenanzas es eterna."

Absolutamente toda la ley que Dios nos ha dejado escrita es justa, no existe injusticia en ella, empezando por el hecho de que si Dios es justo y en Él no hay injusticia, de ninguna manera Dios podrá hacer algo que sea injusto, únicamente su propia naturaleza puede impedirle ser como Él es, Él mismo es justo  en su amor, perfección, misericordia, sabiduría etc.

¿Tenemos nosotros algún derecho a quejarnos acerca de la ley de Dios? Claramente la respuesta es no. No existe ningún motivo por el cual nosotros podamos quejarnos acerca de lo justo o injusto de las leyes de Dios, más bien todo lo contrario debiéramos ser agradecidos por tenerla, porque Dios nos ha marcado los límites de vivir en su voluntad y de obediencia y disfrutar de su justa ley.


AP

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