"Para siempre, oh Señor, tu palabra está firme en los cielos. Tu
fidelidad permanece por todas las generaciones, Tú estableciste la tierra, y
ella permanece. Por tus ordenanzas permanecen hasta hoy, pues todas las cosas
te sirven. Si tu ley no hubiera sido mi deleite, entonces habría perecido en mi
aflicción. Jamás me olvidaré de tus preceptos, porque por ellos me has
vivificado. Tuyo soy, Señor, sálvame, pues tus preceptos he buscado. Los impíos
me esperan para destruirme; tus testimonios consideraré. He visto un límite a
toda perfección; tu mandamiento es sumamente amplio."
Uno de los grandes propósitos
de Satanás ha sido alejar al ser humano de la Biblia, en ella encontramos la
revelación de Dios y el medio por el cual el hombre puede conocerle. Durante toda
la historia el ataque a la Biblia ha sido claro y fuerte, en el año 303 D.C. el
emperador Diocleciano prohibió a los cristianos adorar a Dios y ordenó quemar
todas las Biblias escritas. Durante la revolución Francesa, Voltaire predijo
que el cristianismo iba a ser borrado de la existencia y que la Biblia era un
libro desacreditado que desaparecería. Ingersoll declaró que la Biblia dejaría
de leerse en diez años, el filósofo Hume le dio veinte años de vida al
cristianismo, Paine, el más grande agnóstico predijo que en 5 años sería
imposible encontrar una Biblia en Estados Unidos. Todo esto ha quedado en nada
al ver que hoy en día la Biblia es el libro más vendido en el mundo.
Satanás y el ser humano, los
grandes enemigos de Dios han intentado por muchos medios acabar con el mensaje
divino y hasta ahora están perdiendo el partido por goleada, la Palabra de Dios
nunca será destruida, "para
siempre, oh Señor, tu palabra está firme en los cielos. Tu fidelidad permanece
por todas las generaciones, Tú estableciste la tierra, y ella permanece. Por
tus ordenanzas permanecen hasta hoy, pues todas las cosas te sirven. Si tu ley
no hubiera sido mi deleite, entonces habría perecido en mi aflicción. Jamás me
olvidaré de tus preceptos, porque por ellos me has vivificado. Tuyo soy, Señor,
sálvame, pues tus preceptos he buscado. Los impíos me esperan para destruirme;
tus testimonios consideraré. He visto un límite a toda perfección; tu
mandamiento es sumamente amplio."
Vivir en un país como España
donde tener una Biblia en casa es libre y donde los cristianos las tenemos de
todos los estilos, portadas y traducciones produce en nosotros algo que no
debiera suceder nunca, perdemos el interés en ella, lo habitual se convierte en
aburrido y hace que dejemos de preocuparnos por leerla y dedicarle tiempo.
Mientras tanto en países donde la Biblia es perseguida y su propietario corre
el peligro de perder la vida se convierte en la propiedad más valiosa que una
persona pueda tener. Satanás viendo la situación de nuestro país ha decidido
dejar de intentar destruirla, únicamente nos ha dado placebos que nos hagan
creer que no la necesitamos.
Pero hay algo que es
maravilloso, ante nuestra frialdad e indiferencia ante la Biblia, aunque no le
demos la importancia que tiene ni dediquemos el tiempo que deberíamos, podemos
tener la certeza que Dios la va a preservar, que Él es el que lucha, no es
nuestra pelea defender la palabra de Dios sino estudiarla, no es nuestro
trabajo evitar su exterminación sino guardarla en nuestros corazones, ella será
preservada, Dios ha creado todo y todo se sustenta en Él, Cristo es el motivo
de la creación y su Palabra la que creó todo. Disfrutemos de la posibilidad de
disfrutar de la revelación que Dios nos ha dado y alimentemos nuestra alma con
ello cada día.
AP
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