"Y él dijo a sus hijas: ¿Y dónde está? ¿Por qué habéis dejado al hombre? Invitadlo a que coma algo. Moisés accedió a morar con aquel hombre, y él dio su hija Séfora a Moisés. Y ella dio a luz un hijo, y Moisés le puso por nombre Gersón, porque dijo: Peregrino soy en tierra extranjera. Y aconteció que pasado mucho tiempo, murió el rey de Egipto. Y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y su clamor, a causa de su servidumbre, subió a Dios. Oyó Dios su gemido, y se acordó Dios de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel, y Dios los tuvo en cuenta."
El encontrarnos con una persona en un momento concreto puede suponer un gran cambio para bien o para mal en nuestras vidas. Conocer a un buen amigo causará un cambio positivo en nuestros estilo de vida y en cambio conocer malas amistades sin duda nos llevará a encontrarnos problemas y situaciones más que evitables. Conocer a nuestra pareja puede llegar a ampliar nuestro mundo en gran manera o por el contrario puede reducirlo cortando así relaciones afianzas.
Moisés tuvo un encuentro con un egipcio al que acabó matando, se encontró con unos isrealitas que lo acusaron y acabó en el desierto solo, se encontró con unas mujeres a las que salvó y acabó casado con una de ellas, "y él dijo a sus hijas: ¿Y dónde está? ¿Por qué habéis dejado al hombre? Invitadlo a que coma algo. Moisés accedió a morar con aquel hombre, y él dio su hija Séfora a Moisés. Y ella dio a luz un hijo, y Moisés le puso por nombre Gersón, porque dijo: Peregrino soy en tierra extranjera. Y aconteció que pasado mucho tiempo, murió el rey de Egipto. Y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y su clamor, a causa de su servidumbre, subió a Dios. Oyó Dios su gemido, y se acordó Dios de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel, y Dios los tuvo en cuenta."
Podríamos pensar que Moisés no tuvo mucha suerte, que desgraciadamente perdió su posición social, familia, amigos, casa y de repente por hacer algo que él creía correcto se encontró huyendo, en el desierto y practicamente sin darse cuenta casado y a los meses con un hijo. Aunque el texto no lo narre, este proceso no fue inmediato y tenía un plan diseñado por Dios, la salvación y respuesta al clamor de su pueblo.
Al igual que Moisés tuvo que salir de Egipto y pasar muchos años en el desierto antes de estar preparado, hubo otro libertador que sin haber hecho nada malo, sin tener motivos par huir también tuvo que abandonar su casa, su posición para ser el libertador, durante treinta años estuvo oculto, pero apareció como el libertador que necesitabamos, Cristo. Y Dios escuchó el gemir de nuestro corazón, Él sintió nuestro clamor al cielo desde nuestro espíritu y nos libertó, y hoy podemos afirmar que Cristo nos ha librado de la esclavitud y que es solo en Él que tenemos la vida. ¡Qué maravilloso es nuestro Dios!
AP
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