Éxodo 3 - Encuentra a Dios en lugares insospechados

"Y Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; y condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto, y llegó a Horeb, el monte de Dios. Y se le apareció el ángel del Señor en una llama de fuego, en medio de una zarza; y Moisés miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces dijo Moisés: Me acercaré ahora para ver esta maravilla: por qué la zarza no se quema. Cuando el Señor vio que él se acercaba para mirar, Dios lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Entonces El dijo: No te acerques aquí; quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa."

Hay algo que sucede en ocasiones lo cual es muy llamativo y es que cuando pensamos en una persona en concreto, ese mismo día nos la encontramos, es algo muy curioso e impredecible. Cuando estudié sociología el profesor nos explicó, que esto no tiene ningún secreto más allá de que durante el día pensamos en muchas personas, solamente que lo olvidamos, pero al encontrarnos con alguna de ellas parece que algo extraordinario ha ocurrido.

La verdad es que no se si Moisés estaría pensando en Dios mientras apacentaba a las ovejas, pero si que es cierto que se encontró con Él, "Y Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; y condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto, y llegó a Horeb, el monte de Dios. Y se le apareció el ángel del Señor en una llama de fuego, en medio de una zarza; y Moisés miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces dijo Moisés: Me acercaré ahora para ver esta maravilla: por qué la zarza no se quema. Cuando el Señor vio que él se acercaba para mirar, Dios lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Entonces El dijo: No te acerques aquí; quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa."

Esta es una situación curiosa, lo que a llama la atención de Moisés en ningún caso es que una zarza ardiese, esto era habitual, el calor en el desierto era grande y las zarzas secas ardían con facilidad y en esa zarza aparece una voz, la voz de Cristo, el ángel del Señor, la voz del Yo Soy, del eterno, del que no cambia, del que se nos dirá que es "el principio de la creación de Dios" y se aparece a Moisés para eregirlo como libertador, como el anuncio del libertador que miles de años después vendría a la tierra naciendo de una virgen.

Moisés encontró su llamado y su misión de manera sobrenatural, en un lugar habitual, igualmente nosotros ya tenemos una misión, "id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado;" y el mismo que llamó a Moisés nos ha dicho a nosotros "y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." Moisés no tenía claro su misión y el Yo Soy se le apareció, tú y yo hemos recibido nuestra misión y el Yo Soy nos ha presentado  cual es nuestra misión, ¿la cumpliremos o pondremos excusas para huir de ella?

AP

Comentarios