"Por tanto, di a los hijos de Israel: “Yo soy el Señor, y os sacaré de debajo de las cargas de los egipcios, y os libraré de su esclavitud, y os redimiré con brazo extendido y con juicios grandes. “Y os tomaré por pueblo mío, y yo seré vuestro Dios; y sabréis que yo soy el Señor vuestro Dios, que os sacó de debajo de las cargas de los egipcios."
La Batalla de Bicoca supone un antes y un después en la historia militar junto con la Batalla de Ceñirola. La batalla tendría lugar al norte de Milán. El mando español, personificado en la figura de Próspero Colonna decide no atacar frontalmente, los piqueros suizos son junto a los tercios españoles, la mejor infantería del mundo. Sus cuadros perfectamente formados y muy disciplinados han sembrado el terror en los campos de batalla desde hace dos siglos. Colonna permite una carga frontal de los cuadros de picas suizos mientras que sus tropas se limitan a mantener terreno en posición defensiva. Los piqueros suizos avanzan confiados en una fácil victoria pues se creen superiores y saben que les ampara otra superioridad mayor aún, la superioridad numérica. En cuanto los suizos están al alcance del fuego de los arcabuces españoles, estos abren fuego simultáneamente descargando una andanada de plomo que diezma considerablemente las fuerzas helvéticas. Es entonces cuando las bajas suizas aumentan al ritmo que les permite a los españoles el recargar desatándose una auténtica masacre entre las filas del país alpino.Los suizos se tienen que retirar del combate sin ni siquiera presentar batalla, la matanza se cobra la vida de al menos 3.000 suizos sin que ningún español, alemán o italiano aliado, fuese hecho herido, muerto o prisionero por la fuerza enemiga.
Esta era una victoria realmente inesperada, los suizos eran los favoritos, los más poderosos y sin duda quienes debían ganar, pero las cosas no siempre salen como deberían, la estrategia puede dar la vuelta por completo a una batalla y un buen general si es inteligente puede ser imprescindible para vencer. "Por tanto, di a los hijos de Israel: “Yo soy el Señor, y os sacaré de debajo de las cargas de los egipcios, y os libraré de su esclavitud, y os redimiré con brazo extendido y con juicios grandes. “Y os tomaré por pueblo mío, y yo seré vuestro Dios; y sabréis que yo soy el Señor vuestro Dios, que os sacó de debajo de las cargas de los egipcios."
Faraón estaba usando toda su fuerza contra los Israelitas, las condiciones de trabajo habían empeorado mucho y parecía que la situación no tenía solución posible, Moisés no había hecho más que traer más problemas en lugar de soluciones, pero sin duda esto no había acabado ni mucho menos, esto no había hecho más que empezar, el imperio más grande del mundo estaba a punto de ser derrotado por el general más importante de la historia, Dios. Este era el principio de muchos milagros y así fue, Dios acabó sacando a su pueblo de Egipto y ridiculizando a todo un imperio con su poder.
De la misma manera estamos nosotros, en una batalla constante, cada día que pasa la presión es mayor, más fuertes son los ataques enemigos, más dura es la presión que soportamos, pero podemos estar seguros de algo, Dios nos librará de las cargas, Él ya nos ha librado de la esclavitud y nos ha redimido en la cruz. Poco podemos hacer por nuestras fuerzas, pero mucho haremos al saber que somos parte del pueblo de Dios y que Él es nuestro general. Él es Dios, Jesús es el Señor y Él nos ha dado la victoria con cada gota de su sangre derramada, para que nuestros pecados sean redimidos, nuestro enemigo es fuerte, pero mucho mayor es el que está con nosotros. No temas, no desmayes, Dios nos dará la victoria.
AP
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