Éxodo 7 - Un solo Dios verdadero



"Vinieron, pues, Moisés y Aaró a Faraón e hicieron tal como el Señor les había mandado; y Aarón echó su vara delante de Faraón y de sus siervos, y ésta se convirtió en serpiente. Entonces Faraón llamó también a los sabios y a los hechiceros, y también ellos, los magos de Egipto, hicieron lo mismo con sus encantamientos; pues cada uno echo su vara, las cuales se convirtieron en serpientes. Pero la vara de Aarón devoró las varas de ellos. Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el Señor había dicho."

La gran arma que ha tenido siempre Satanás ha sido la de tergiversar la realidad y la de la mentira, la de cambiar la verdad, mintiendo y haciendo ver que lo que dice es verdad. Así ocurrió con Adán y con Eva, así intentó hacer respecto a Job, y como no, también así lo planeó con Faraón y sin duda hoy sigue haciendo lo mismo, cambiando la verdad para que muchos creyendo que la siguen, en realidad no hagan más que seguir la mentira y apartarse del verdadero camino y de la verdad.

Así fue el primer encuentro entre Moisés, Aarón y Faraón, un intento desesperado de imitación fallido por parte de Satanás, que aun así logró su cometido, "vinieron, pues, Moisés y Aaró a Faraón e hicieron tal como el Señor les había mandado; y Aarón echó su vara delante de Faraón y de sus siervos, y ésta se convirtió en serpiente. Entonces Faraón llamó también a los sabios y a los hechiceros, y también ellos, los magos de Egipto, hicieron lo mismo con sus encantamientos; pues cada uno echo su vara, las cuales se convirtieron en serpientes. Pero la vara de Aarón devoró las varas de ellos. Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el Señor había dicho."

Satanás utilizó a esots sabios y hechiceros para tratar de desbaratar y dejar en mal lugar el poder de Dios, pero aunque su puesta en escena fue buena, aunque la imitación aparentemente fue perfecta, acabó perdiendo, sus serpientes acabaron devoradas por la serpiente del cielo, una vez más el poder del cielo vencería al del infierno, pero esto sirvió para que las palabras pronunciadas por Dios tuvieran su cumplimiento, el corazón de Faraón se endureció, el plan de Dios de mostrar su poder y gloria se estaba cumpliendo.

Esta muestra batalla entre las serpientes de los hechiceros y la serpiente de Aarón nos recuerda algo y apunta directamente a Cristo, da igual cuantos sean sus enemigos, da igual si aparentemente son más en número o incluso puedan aparentar ser muy poderosos, la victoria es del Señor. Al igual que esta serpiente devoró a las de los hechiceros, Cristo en la cruz también trajo la victoria derrotando a toda hueste demoniaca con su muerte, podía parecer una derrota, el Hijo de Dios colgado en un madero, destruido y desamparado, pero esta es la mayor victoria que la humanidad ha podido ver. En el gólgota, la muerte de Cristo cumplió la profecía, chafó la cabeza de la serpiente y públicamente venció a toda potestad, demostrando que el poder de Dios es mayor que cualquier otro que pueda existir.

AP

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