Jonás 1 - Huyendo de Dios



"Y él les respondió: Soy hebreo, y temo al Señor Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra.  Los hombres se atemorizaron en gran manera y le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho? Porque ellos sabían que él huía de la presencia del Señor, por lo que él les había declarado. Entonces le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se calme en torno nuestro? Pues el mar se embravecía más y más. Y él les dijo: Tomadme y lanzadme al mar, y el mar se calmará en torno vuestro, pues yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros."

Cuando un niño recibe una orden de su padre o madre, si es algo que no le gusta intentará desobedecer y hacer lo que él quiere, siempre que sea posible, si en vez de un niño es un adolescente, sin duda, si existe la más mínima posibilidad de tomar el camino que él desea lo hará, no dudará ni un segundo, buscará conseguir saltarse la orden y desobedecerá si es necesario, aunque para ello tenga que mentir.

En una situación parecida es en la que se encuentra Jonás, Dios le ha ordenado que vaya a Nínive, a donde están sus enemigos y les predique, pero Jonás toma el camino totalmente contrario y en el barco en que Jonás se encuentra, Dios va a preparar todo para que su misericordia se vea en acción, una gran tormenta se desata y empiezan todos a temer por sus vidas, "y él les respondió: Soy hebreo, y temo al Señor Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra.  Los hombres se atemorizaron en gran manera y le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho? Porque ellos sabían que él huía de la presencia del Señor, por lo que él les había declarado. Entonces le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se calme en torno nuestro? Pues el mar se embravecía más y más. Y él les dijo: Tomadme y lanzadme al mar, y el mar se calmará en torno vuestro, pues yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros."

Jonás no solo desobedece a Dios, sino que además intenta huir, bien lejos de Él, intenta marcharse lo más alejado posible de Dios a la otra punta, y cuando es descubierto, vemos que su reacción no es de arrepentimiento, sino un suicidio encubierto, prefería que los hombres le echaran al mar y morir así, que arrepentirse y volver a hacer la voluntad de Dios y obedecer al Padre. Esto deja descubierto hasta qué punto el corazón del hombre es malo y se inclina hacia el mal, incluso en los hijos de Dios, Jonás prefería se echado al mar y morir que obedecer a Dios. ¿Hasta dónde puede llegar nuestra rebeldía a Dios?

Pero no solo esto nos enseña Jonás, vemos que él estaba dispuesto a morir para que otros pudiesen salvarse, para que la tormenta nos les alcanzara, para que pudieran sobrevivir de esa situación, exactamente lo mismo hizo Cristo, solo que en su caso era al revés, Él era el inocente y se ofreció a ser sacrificado para salvar a los culpables de la situación, a nosotros. Jonás y su sacrificio apuntan directamente al sacrificio de Cristo, nos recuerda y señala que habrá alguien que entregará su vida para que otros sean salvos, y ese no es otro que Jesucristo, por el cual nosotros hemos sido librados de la muerte.


AP

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