"Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sion, éramos como
los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenó de risa, y nuestra lengua de
gritos de alegría; entonces dijeron entre las naciones: Grandes cosas ha hecho
el Señor con ellos. Grandes cosas ha hecho el Señor con nosotros. Estamos
alegres. Haz volver, Señor, a nuestros cautivos, como las corrientes del sur.
Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo. El que con
lágrimas anda, llevando la semilla de la siembra, en verdad volverá con gritos
de alegría, trayendo sus gavillas."
El retorno a casa después de
una larga estancia fuera de ella debe ser realmente placentero, aquellos que
han pasado tiempo fuera de casa, por bueno que haya sido, sin duda podrán
afirmar esto, nada como el hogar, nada como reencontrarse con amigos,
familiares y personas queridas, con las que compartir las alegrías y tristezas
sufridas.
Esto mismo sentían aquellos
que volvían a Sion, "cuando el
Señor hizo volver a los cautivos de Sion, éramos como los que sueñan. Entonces
nuestra boca se llenó de risa, y nuestra lengua de gritos de alegría; entonces
dijeron entre las naciones: Grandes cosas ha hecho el Señor con ellos. Grandes
cosas ha hecho el Señor con nosotros. Estamos alegres. Haz volver, Señor, a
nuestros cautivos, como las corrientes del sur. Los que siembran con lágrimas,
segarán con gritos de júbilo. El que con lágrimas anda, llevando la semilla de
la siembra, en verdad volverá con gritos de alegría, trayendo sus
gavillas."
Y nosotros, aquellos que hemos
creído, podemos decir exactamente igual que ellos, "grandes cosas ha hecho el Señor con nosotros", porque
realmente ha hecho grandes cosas en nuestras vidas, nos ha sanado, nos ha
provisto, nos ha alimentado y nos ha mantenido, nos ha preservado y por encima
y lo más importante de todo, nos ha salvado. Nos salvó de una eternidad
incierta y lejos de Él, nos ha salvado de la esclavitud del pecado y ahora
somos libres para andar en la luz, para vivir rectamente y en su justicia.
¡Grandes cosas ha hecho el Señor con nosotros!
Pero esto no acaba aquí, hay
más y ante nosotros se plantea unas circunstancias importantes, aun no estamos
todos, hay muchos que sigue vagando por las tinieblas, que siguen bajo
esclavitud y que necesitan ser liberados y nuestra oración debe ser, como el
salmista, "haz volver, Señor, a
nuestros cautivos, como las corrientes del sur." Haz que nuestro gozo
sea completo, no deseamos solo ser salvados nosotros, queremos ver a los que
nos rodean salvos, ¡Haz grandes cosas con ellos también! No desmayemos, no nos
cansemos de clamar por libertad para aquellos que siguen en esclavitud.
AP
Comentarios
Publicar un comentario