Salmo 127 - Criando casas grandes



"Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. Es en vano que os levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan de afanosa labor, pues Él da a su amado aun mientras duerme. He aquí, don del Señor son los hijos; y recompensa es el fruto del vientre. Como flechas en la mano del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud.  Bienaventurado el hombre que de ellos tiene llena su aljaba; no será avergonzado cuando hable con sus enemigos en la puerta."

España es un país en el cual la población cada vez es más mayor, su edad va envejeciendo y parece que no hay expectativas que esto cambie, la sociedad ha mandado un mensaje claro, criar a un niño no es factible ni económicamente, ni emocionalmente. Económicamente porque el gasto de un niño es excesivamente grande para comprar ropa, pañales, habitación, comida, etc. Emocionalmente porque tener un niño significa no cubrir los caprichos personales y el cuidado personal de cada uno para dedicarlo todo al niño. Vivimos en tiempos egoístas en los que nos importa más nuestro bienestar y felicidad que poder tener descendencia, lo cual se contrapone a lo que no muchos años atrás sucedía, donde familias podían tener tres, cuatro, cinco o incluso más hijos sin ningún problema.

¿Es tener un hijo algo más negativo que positivo? Así lo afirma la sociedad, pero ¿qué dice la Biblia al respecto? "Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vela la guardia. Es en vano que os levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan de afanosa labor, pues Él da a su amado aun mientras duerme. He aquí, don del Señor son los hijos; y recompensa es el fruto del vientre. Como flechas en la mano del guerrero, así son los hijos tenidos en la juventud.  Bienaventurado el hombre que de ellos tiene llena su aljaba; no será avergonzado cuando hable con sus enemigos en la puerta."

En el principio Dios dio un mandamiento a Adán, "Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla." El mandamiento de Dios era el de multiplicarse, el de tener hijos, y aquí no están bajo ningún pacto invalidado por la gracia, es más la gracia siempre supera a la ley, por lo tanto esta es una realidad también para hoy, seguimos con el deber de multiplicarnos.

Obviamente hay parejas que no podrán hacerlo por problemas físicos, pero sin duda la actitud del corazón es importante, cuando el no multiplicarse se debe al egoísmo de querer satisfacer nuestras propias necesidades y placeres en lugar de quitarnos de nuestro disfrute para darlo a otro, no se está dispuesto a sacrificar un estilo de vida cómodo y económicamente amplio por traer vida y multiplicarse. Pero algo deja claro la Biblia y este salmo, traer vida es una alegría y una honra para la casa, pero lo más importante de todo es que Dios sea el centro del hogar, sino ciertamente todo será en vano.


AP

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