"Y dijeron a Moisés: ¿Acaso no había sepulcros en Egipto para que nos sacaras a morir en el desierto? ¿por qué nos has tratado de esta manera, sacándonos de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto diciendo: 'Déjanos, para que sirvamos a los egipcios'? Porque mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto. Pero Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes y ved la salvación que el Señor hará hoy por vosotros; porque los egipcios a quienes habéis visto hoy, no los volveréis a ver jamás. El Señor peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados."
En estos días se están jugando las finales de la NBA, días atrás se jugaron las semifinales de la conferencia Oeste, entre Golden State Warriors y Porlan Trail Blazers, en el cuarto partido, el MVP (mejor jugador) de la temporada, Stephen Curry, volvía de una lesión y en la prorroga hizo nada menos que 17 puntos, un record histórico en la NBA, para darle la victoria a su equipo. Esto es algo habitual, en los minutos calientes, donde los partidos se deciden, la estrella de cada equipo toma las riendas, coge el balón decide el partido y lleva hacia la victoria a sus compañeros.
En Egipto algo más importante que un título estaba en juego, la libertad de todo un pueblo, y las cosas se estaban poniendo demasiado complicadas, "y dijeron a Moisés: ¿Acaso no había sepulcros en Egipto para que nos sacaras a morir en el desierto? ¿por qué nos has tratado de esta manera, sacándonos de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto diciendo: 'Déjanos, para que sirvamos a los egipcios'? Porque mejor nos hubiera sido servir a los egipcios que morir en el desierto. Pero Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes y ved la salvación que el Señor hará hoy por vosotros; porque los egipcios a quienes habéis visto hoy, no los volveréis a ver jamás. El Señor peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados."
Israel estaba en los minutos decisivos y no parecían muy convencidos de que Moisés fuese el hombre al que darle el balón y les salvase, más bien lo contrario, no había muchas expectativas de éxito, pero Moisés fue lo suficientemente humilde para saber que la victoria no estaba en sus manos, sino en las manos de Dios, del MVP de todos los tiempos, en aquel que se sienta en su trono en los cielos, las circunstancias era muy contrarias, pero no dudó en darle el mérito antes incluso de que consiguiera la victoria; "no temáis; estad firmes y ved la salvación que el Señor hará hoy por vosotros; porque los egipcios a quienes habéis visto hoy, no los volveréis a ver jamás. El Señor peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados."
Finalmente Dios, por medio de Moisés dio la victoria al pueblo y derrotó a Faraón y sus seguidores, quedaron atrapados en medio del mar justo donde habían pasado los israelitas, usó su columna de humo para cerrar el paso. ¿Qué partido es el que estás jugando en tu vida? ¿Cuál es tu rival? ¿Vicio, enfermedad, problemas familiares, desesperación, depresión? ¿Quién es el que te persigue? ¿Por quién te estás quejando? No temas y mira la salvación que tienes delante, no pienses en ganar el partido por ti mismo, porque perderás, Dios es el vencedor, Jesús es el que luchará por ti, en la cruz está el mérito y la victoria, no en nuestras fuerzas. Dios logrará la victoria y la solución en nuestras vidas, solamente calla y espera a que acabe la batalla. El Señor es el vencedor.
AP
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