Éxodo 19 - Preparados para un día muy especial

"El Señor dijo también a Moisés: Ve al pueblo y conságralos hoy y mañana, y que laven sus vestidos; y que estén preparados para el tercer día, porque al tercer día el Señor descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el monte Sinaí. Y pondrás límites alrededor para el pueblo, y dirás: "Guardaos de subir al monte o tocar su límite; cualquiera que toque el monte, ciertamente morirá. "Ninguna mano lo tocará, sino que será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá." Cuando suene largamente la bocina ellos subirán al monte. Y Moisés bajó del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y ellos lavaron sus vestidos. Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no os acerquéis a mujer.»

Si buscamos el momento en que el poder de Dios más se ha visto aparecer sin duda el éxodo aparece como protagonista, en ningún otro momento se han visto tantos milagros y manifestaciones poderosas de Dios para su pueblo. 

Ahora estamos ante una más, "el Señor dijo también a Moisés: Ve al pueblo y conságralos hoy y mañana, y que laven sus vestidos; y que estén preparados para el tercer día, porque al tercer día el Señor descenderá a la vista de todo el pueblo sobre el monte Sinaí. Y pondrás límites alrededor para el pueblo, y dirás: "Guardaos de subir al monte o tocar su límite; cualquiera que toque el monte, ciertamente morirá. "Ninguna mano lo tocará, sino que será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá." Cuando suene largamente la bocina ellos subirán al monte. Y Moisés bajó del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y ellos lavaron sus vestidos. Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no os acerquéis a mujer.»

Dios iba a visitar a su pueblo y les dio un margen de tres días para que ellos lavaran sus vestidos, para que se purificaran y se pusieran a bien con Dios, el monte Sión estaba a punto de ser intocable, inalcanzable y lleno de la presencia de Dios, su poder, su presencia, su ira, su justicia, toda su esencia iba a llenar ese monte, Él iba a estar literalmente llenando todo el lugar.

Tres días para santificar al pueblo, moisés tenía una tarea importante. Varios años después hubo otro hombre que en tres días también purificó al pueblo, Cristo. Jesús con su muerte, durante tres días al resucitar esta purificando a su pueblo, haciendonos aceptables al Padre y aunque nosotros no podemos tocar la gloria de Dios, Él si puede, al igual que Moisés podía. Cristo nos ha purificado con su muerte y llegará el día en que Él vuelva, todo ojo le vea y estelos con Él eternamente.

AP

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