"Porque esta vez enviaré todas mis plagas sobre ti, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra. Porque si yo hubiera extendido mi mano y te hubiera herido a ti y a tu pueblo con pestilencia, ya habrías sido cortado de la tierra. Pero en verdad, por esta razón te he permitido permanecer: para mostrarte mi poder y para proclamar mi nombre por toda la tierra."
El gran pecado de la humanidad durante toda su historia ha sido la idolatría, en todas las generaciones el hombre y la mujer han buscado otras deidades, figuras, animales o personas a las que adorar y amar y hoy en día más que nunca, en nuestro tiempo de ocio y autosatisfacción, nosotros mismos nos convertimos en nuestros mayores ídolos y es muy fácil caer en el pecado de la idolatría. La idolatría la podemos definir como cualquier cosa a la que amamos por encima de Dios, por lo que debemos comprender que si Dios amase algo más que a sí mismo también sería idólatra, lo cual es imposible.
Por eso Dios se ama a sí mismo y a su gloria, más de lo que pueda amar a cualquiera de sus criaturas, y bajo esta óptica, en Egipto, Faraón recibe este mensaje, "porque esta vez enviaré todas mis plagas sobre ti, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra. Porque si yo hubiera extendido mi mano y te hubiera herido a ti y a tu pueblo con pestilencia, ya habrías sido cortado de la tierra. Pero en verdad, por esta razón te he permitido permanecer: para mostrarte mi poder y para proclamar mi nombre por toda la tierra."
El amor de Dios es perfecto y justo, justo no solo en que no quebranta ninguna ley, lo cual es obvio, pero es justo en su medida, y por lo tanto se ama a sí mismo de una manera justa, en la medida justa, y ama a sus criaturas de una manera también justa, como consecuencia del amor que Él se tiene, y bajo esta optica entendemos todo lo que ocurre, porque lo que Dios haga lo hará pensando primero en el amor que Él mismo se tiene.
Así hizo con Faraón, para que toda la tierra viese el poder de Dios, para que el hombre más poderoso viese que su posición es muy inferior respecto a la de Dios, que por mucho poder que una persona pueda tener, no se puede comparar a Dios, Él es el gobernador y también el dueño de todo lo que pasa en nuestras vidas. El plan de Dios no se basa en que nosotros seamos felices, sino en que Él reciba la Gloria, sus hijos serán felices porque Él será glorificado. No te preocupes por tus circunstancias, como Jesús le dijo a la hermana de Lázaro, ¿no te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? No dejes de creer, la gloria de Dios está a la vuelta de la esquina.
AP
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