Colosenses 1:18:22 - El reconciliador

"El es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia; y El es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que El tenga en todo la primacía. Porque agradó al Padre que en El habitara toda la plenitud, y por medio de El reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz, por medio de El, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos. Y aunque vosotros antes estabais alejados y erais de ánimo hostil, ocupados en malas obras, sin embargo, ahora El os ha reconciliado en su cuerpo de carne, mediante su muerte, a fin de presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de El"
Cuando una relación esta a punto de romperse, es adecuado buscar ayuda profesional, sin duda un consejero bíblico es la persona idónea para tratar de ayudar en el proceso, su tarea no solo será leer tres versículos que de manera mágica resuelvan la situación, sino que tendrá que, basandose en la Biblia reconciliar a uno con el otro.

Lamentablemente esta circunstancia es más común de lo que nos gustaría, y si ampliamos el ámbito a algo más que una relación, nos damos cuenta de que todos necesitamos una reconciliación, "El es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia; y El es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que El tenga en todo la primacía. Porque agradó al Padre que en El habitara toda la plenitud, y por medio de El reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de su cruz, por medio de El, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos. Y aunque vosotros antes estabais alejados y erais de ánimo hostil, ocupados en malas obras, sin embargo, ahora El os ha reconciliado en su cuerpo de carne, mediante su muerte, a fin de presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de El"

El pecado no solamente trajo consecuencias para Adán y Eva, sino que todos los demás fuimos marcados por esa lacra y señalados como enemigos de Dios y eso era imposible que ninguno lo resolviesemos. Por eso, en su misericordia, Dios puso solición a la situación y envió a un reconciliador.

Este reconciliador es Cristo, el único capaz de restaurar la relación rota con el Padre, el único inocente que podía ocupar nuestro lugar, y al ocuparlo no solo nos ha reconciliado sino que nos ha lavado, nos ha perdonado y nos ha presentado sin pecado ante Dios. Él es nuestro reocnciliador y solamente a trabés de Él podemos encontrar la redeción.

AP

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