Colosenses 2:8-10 - Llenos en Cristo

"Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad."
Cada persona busca llenarse de algo, trabajo, familia, amigos, deporte, viajes, ocio, pareja, dinero, religión, todos buscamos saciar nuestras necesidades internas con aquello que no solo nos hace sentir bien sino que también nos aporta algo extra. 

Hoy en día esta al alcance de cualquiera practicamente, pero en el tiempo de Pablo el ocio no era tan variado como hoy y la filosofia tenía una importancia muy grande, "mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad."

Pablo estaba advirtiendoles en buscar en otros lugares fuera de Cristo la plenitud, les estaba avisando sobre el peligro de encontrar en la ley mosaica y tradiciones judías su llenura. Esta joven iglesia que estaba creciendo estaba en peligro y Pablo les advierte y les anuncia que en Cristo serán llenos, que lo que les falta para ser completos no se encuentra en enseñanzas humanas sino en Cristo, y en Él encontramos todos los aspectos y atributos de Dios.

¿De dónde te estás llenando? El cuerpo se alimenta de aquello que la cabeza le ofrece, lo que come, lo que escucha, lo que ve, todo entra a través de ella y al apegarnos a Cristo comemos de Él, de su gracia, su misericordia y perdón, empezamos a escuchar con sus oidos, sus palabras se convierte en algo más que simple filosofía, se convierten en vida y vemos con sus ojos, con la mirada puesta en el cielo y no en la tierra, en lo eterno y no en lo corruptible, en El Padre y no en el mundo. No te dejes engañar, si eres hijo de Dios, Cristo es tu cabeza y tu alimento.

AP

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