"E hizo el aceite de la santa unción y el incienso puro, de especias aromáticas, obra de perfumador."
El simbolismo bíblico esta por cada una de sus páginas y entenderlo y comprenderlo nos acerca más al conocimiento acerca de quien es Dios. El tabernáculo está lleno de estos símbolos, la luz del candelabro nos habla de la luz que el Espíritu Santo ofrece o el maná guardado, que no se deshacía nos recuerda a Cristo, el maná del cielo que tampoco se deshace, sino que da vida a todo aquel que lo come.
El tabernáculo estaba lleno de símbolos que apuntaban a Dios pero también que apuntan a nosotros como sus hijos, "e hizo el aceite de la santa unción y el incienso puro, de especias aromáticas, obra de perfumador."
La oración es parte fundamental del tabernáculo personal que es nuestra alma, nuestro espíritu, es el medio por el cual nuestro yo interno puede acercarse con libertad al Padre y presentarse ante Él, es el perfume que derramamos a sus pies, nuestra oración es incienso encendido que sube gracias al viento hasta la misma presencia de Dios.
Por eso es tan importante que oremos, que pasemos tiempo en intimidad, que encendamos nuestro incienso con nuestro olor característico y lo elevemos a la misma presencia de Dios, donde pueda recibir un olor grato en forma de alabanza, adoración y acción de gracias. Enciende hoy tu incienso y deja que llegue al mismo trono de Dios.
aP
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