"Los hijos de Israel hicieron toda la obra conforme a todo lo que el Señor había ordenado a Moisés. Y Moisés examinó toda la obra, y he aquí, la habían llevado a cabo; tal como el Señor había ordenado, así la habían hecho. Y Moisés los bendijo."
Cuando un niño nace y crece crea ciertas expectativas en sus padres, ellos esperan que él sea un buen niño, que estudie, que logre tener buenas amistades, que sea responsable y sin duda también que sea obediente, probablemente esta sea la principal virtud que se puede esperar de un hijo, la obediencia.
Dios había dado a Moisés unas directrices claras e inequivocas de como debían hacer y construir el templo y pasado el tiempo de trabajo, la obra llegó a su fin, "los hijos de Israel hicieron toda la obra conforme a todo lo que el Señor había ordenado a Moisés. Y Moisés examinó toda la obra, y he aquí, la habían llevado a cabo; tal como el Señor había ordenado, así la habían hecho. Y Moisés los bendijo."
Moisés revisó la pbra ya acabada, miró que todo se hubiese hecho de la misma manera que Dios demandaba, que no hubiese errores y tras la revisión todo estaba correcto, todo se había hecho como el Señor había ordenado. Que bueno es cuando el pueblo de Dios hace el trabajo con ganas y bien, cuando ponen sus ganas y su esfuerzo en agradar a Dios.
Así debiera ser también con nosotros, sin ninguna duda hacer bien las cosas debería ser suficiente recompensa para hacer, solamente pensar que estamos obedeciendo al Rey y Dios es suficiente premio para hacerlo todo bien. Hagamos todo con excelencia, sabiendo que el resultado de nuestras obras, al igual que fue con el pueblo de Israel da gloria y honra a Dios.
AP
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