Colosenses 2:20-23 - Viviendo con Cristo

"Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne."

El judaísmo historicamente no solo han seguido las leyes que Dios dio a Moisés, sino que a esas leyes ellos han añadido ciertos rituales y tradiciones dandolos como divinos y no siendo más que ley humana que hacía más dificil aun que fuese cumplida. Contra esto tanto Pablo como el mismo Jesús se opone y señala a los que obligaban a otros a cumplirlos como gente con la que se debe tener cuidado.

Pablo, sabiendo que en Colosas había algunos así escribe a los Colosenses, "Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne."

Lo primero que Pablo quiere expresar es que los Colosenses estaban unidos a Cristo en su muerte, por medio del bautiamo nosotros nos hemos unido a Cristo tanto en su muerte como en su resurrección y esto nos da libertad ante la ley, porque Cristo cumplió toda la ley para que nosotros pudiesemos vivir en su libertad.

Hoy en día muchos se autoimponen penitencias por sus pecados y buscas ciertas experiencias místicas en sus cultos diarios pero la realidad es que de nada sirve cualquier experiencia mística, cualquier castigo si no ayuda a combatir contra la carne, de nada sirve una relación com Dios si no produce en nosotros mayor santidad. El proposito de Dios es acabar en nosotros la buena obra que Él ha empezado y todo por lo que pasamos nos lleva a parecernos más a Cristo.

AP