Colosenses 3:22-4:1 - Derechos laborales

"Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas. Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos."

En los últimos años la lucha por los derechos laborales ha sido muy grande y han traido grandes beneficios sobretodo para los trabajadores. Mientras que antes lo que el jefe ordenaba el empleado tenía que cumplirlo, ahora la ley intenta limitar hasta donde el empresario puede llegar en sus órdenes y marca tanto los derechos como las obligaciones de aquellos que trabajan y reciben un salario.

En el tiempo en el que la Biblia fue escrita, era habitual que aquellos que tenían dinero tuviesen siervos, esto era culturalmente aceptable, Dios en esta situación quiere también legislar esta situación, "siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas. Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos."

El mensaje tiene una verdad central, tanto siervos como amos tienen un mismo amo, y ambos sirven al mismo señor, uno que está en el cielo. Por lo tanto, los amos deben tratar bien a los siervos, tal y como nuestro Señor nos trata bien a nosotros e igualmente el siervo dbe trabajar de manera correcta, ya que no trabaja para su amo terrenal sino para el celestial y Dios merece que todo se haga correctamente.

He conocido muchos compañeros de trabajo los cuales estando en desacuerdo con su salario, lo cual es lícito, deciden bajar sus prestaciones buscando que el empresario salga perjudicado, lo cual es impresetable. Como cristianos nuestra labor debe ser impecable, incluso cuando nuestro trato no sea el merecido o nuestra retribución no sea justa. No debemos olvidar que nuestro trabajo es para Dios, que Dios es el que es glorificado por nuestra labor y que a Él debe ser dada toda la gloria en todo lo que hacemos.

AP

Comentarios