"Saludad a los hermanos que están en Laodicea, también a Ninfas y a la iglesia que está en su casa. Cuando esta carta se haya leído entre vosotros, hacedla leer también en la iglesia de los laodicenses; y vosotros, por vuestra parte, leed la carta que viene de Laodicea. Y decid a Arquipo: Cuida el ministerio que has recibido del Señor, para que lo cumplas. Yo, Pablo, escribo este saludo con mi propia mano. Acordaos de mis cadenas. La gracia sea con vosotros."
En el colegio, en la asigntura de lengua castellana dedican algunas horas a explicarte como debes escribir, no solamente como usar un lápiz, o como son las letras, sino los tonos. Recuerdo bien el momento en el que nos enseñaron a escribir cartas y como, según quien fuese el destinatario la manera de escribir era bien distinta, desde el saludo o la estructura, hasta el contenido y el carácter del texto, cada destinatario tenía un estilo propio el cual había que respetar.
Pablo escribió la carta a los Colosenses pensando en ellos, pero viendo el resto de cartas seguramente se acordaba de los Gálatas como habían algunos que intentaban apartarles de la gracia o de los Efesios recordandoles que no deben dejarse guiar por la carne como antes hacían y también se acuerda de la iglesia de Laodicea, "Saludad a los hermanos que están en Laodicea, también a Ninfas y a la iglesia que está en su casa. Cuando esta carta se haya leído entre vosotros, hacedla leer también en la iglesia de los laodicenses; y vosotros, por vuestra parte, leed la carta que viene de Laodicea. Y decid a Arquipo: Cuida el ministerio que has recibido del Señor, para que lo cumplas. Yo, Pablo, escribo este saludo con mi propia mano. Acordaos de mis cadenas. La gracia sea con vosotros."
Aunque es cierto que Pablo escribió por el mensaje y la información que Epafras le había transmitido, también se acordaba de las iglesias cercanas que estaban en la misma situación, Pablo no buscaba simplemente alentar a la iglesia de Colosas, sino que su mensaje era válido para las iglesias de la zona y no solo eso, también para nuestro tiempo.
Muchos intentar tirar a la Biblia por tierra diciendo que su mensaje es anticuado y está caduco, pero la realidad es que el ser humano sigue teniendo los mismos problemas en el tiempo de Pablo que en el nuestro, por mucho que la tecnología avance y pasen los años, el corazón del ser humano sigue siendo igual, por eso la Biblia sigue siendo necesaria, por eso hoy en día aun es necesario predicar al Cristo crucificado y que resucitó a los tres días, porque el mensaje sigue siendo actual y necesario. No nos cansemos de leer y meditar en la Biblia, sigue siendo útil para nuestros corazones hoy en día.
AP
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