Salmos 131 - Vidas humildes

"Señor, mi corazón no es soberbio, ni mis ojos altivos; no ando tras las grandezas, ni en cosas demasiado difíciles para mí; sino que he calmado y acallado mi alma; como niño destetado en el regazo de su madre, como niño destetado reposa en mí mi alma. Espera, oh Israel, en el Señor, desde ahora y para siempre."

Adriano era un joven futbolista con un futuro excepcional, muchos hablaban de este joven brasileño como la futura estrella del país, llegó desde Brasil a Milán y todo parecía andar bien, hacía goles y la afición lo amaba, pero las tentaciones de un joven con dinero acabaron truncando su carrera y hoy en día vive en Brasil, no en una lujosa mansión como cabría esperar, sino en las favelas y las noticias que se oyen sobre él son de tiroteos y tráfico de drogas.

Es una pena la vida de este joven, pero no es más que una muestra de lo que el dinero puede producir en alguien que no esta preparado para tenerlo, un futuro brillante puede ensuciarse y truncarse. David llegó a ser rey siendo joven, pero no permitió que esto truncara su destino, más bien lo contrario, "Señor, mi corazón no es soberbio, ni mis ojos altivos; no ando tras las grandezas, ni en cosas demasiado difíciles para mí; sino que he calmado y acallado mi alma; como niño destetado en el regazo de su madre, como niño destetado reposa en mí mi alma. Espera, oh Israel, en el Señor, desde ahora y para siempre."

David había visto con sus propios ojos el peligro del poder, al fin y al cabo había vivido con un hombre el cual intentó matarle para preservar su trono. Ante esto, David puso medios para que no le ocurriera lo mismo y busco ser una persona simple, aunque le rodeara el poder y el dinero, su alma era sencilla y humilde, no es de extrañar que la Biblia lo nombre como un hombre con un corazón conforme al de Dios.

David era el rey de Israel, pero vivia bajo el reinado del Rey de reyes y esto le permitia ser sabio y vivir humildemente, sin duda la tentación era grande y más que conocidos son sus deslices pecaminosos, pero aprendió a vivir bajo el reinado de Dios. ¿Podemos nosotros decir lo mismo? El enfoque no esta en nuestras acciones, las cuales son malas y pecaminosas, sino en Dios, el trabajo diario en nuestras almas nos ayudará a crecer y la invitación de David a Israel es válida para nosotros, espera en el Señor, desde ahora y para siempre.

Angel Pereira

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