Oseas 9 - Las bendiciones de Dios

I"No te alegres, Israel, con gran júbilo como las naciones, porque te has prostituido, abandonando a tu Dios; has amado el salario de ramera sobre todas las eras de grano. Ni la era ni el lagar los alimentarán, y el mosto les faltará. No permanecerán en la tierra del Señor, sino que Efraín volverá a Egipto, y en Asiria comerán cosas inmundas. No harán libaciones de vino al Señor, ni le serán gratos sus sacrificios. Su pan les será como pan de duelo, todos los que lo coman se contaminarán, porque su pan será sólo para ellos, no entrará en la casa del Señor."
El cristianismo de hoy en día parece tener una obsesión. Ser bendecido, de esta idea surgen herejías, es decir, falsas enseñanzas como la prosperidad. El hombre entiende que Dios quiere lo bueno para nosotros, por lo tanto todo debe ir bien, nada debe ir mal, a no ser que haya pecado en nosotros. Sin duda esto sucede por un desconocimiento tanto de la Biblia como de Dios.

Israel prece que empezaba a remontar, empezaba a haber prosperidad, pero nada más lejos de la realidad, "No te alegres, Israel, con gran júbilo como las naciones, porque te has prostituido, abandonando a tu Dios; has amado el salario de ramera sobre todas las eras de grano. Ni la era ni el lagar los alimentarán, y el mosto les faltará. No permanecerán en la tierra del Señor, sino que Efraín volverá a Egipto, y en Asiria comerán cosas inmundas. No harán libaciones de vino al Señor, ni le serán gratos sus sacrificios. Su pan les será como pan de duelo, todos los que lo coman se contaminarán, porque su pan será sólo para ellos, no entrará en la casa del Señor."
Todo empezaba a enderezarse, el pueblo lo veía y se alegraba, empezaba a celebrarlo, parecía que la cosa iba bien, pero nada más lejos de la realidad, la disciplina y el castigo del cielo estaba a punto de caer sobre ellos, no entendieron las señales, la realidad es que habían oído hablar sobre el Dios de Israel pero dejaban en evidencia que realmente no le conocían.

Las bendiciones de Dios no tienen que ver con nuestra felicidad, por supuesto que en la mayoría de los casos traen cosas buenas, pero no olvidemos que  hemos sido creados para alabanza de la gloria de Dios y sin duda la mayor bendición que podemos recibir es la deser utilizados para nuestro propósito. Por lo tanto en ocasiones sufriremos, pero esto nos conformará a Cristo, pasaremos necesidad pero nos enseñará que Dios es nuestro proveedor, desesperaremos, pero producirá en nostros paciencia, seremos herido y producirá en nosotros compasión y perdón. Las bendiciones de Dios no son para nuestro beneficio, sino para que el que murió en la cruz, Cristo sea exaltado. No ruegues a Dios que te bendiga, pidele que te ayude a cumplir tu propósito y entonces recibirás verdadera bendicón.

Angel Pereira

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