Salmo 141 - En busca de la santidad

"Oh Señor, a ti clamo, apresúrate a venir a mí. Escucha mi voz cuando te invoco. Sea puesta mi oración delante de ti como incienso, el alzar de mis manos como la ofrenda de la tarde. Señor, pon guarda a mi boca; vigila la puerta de mis labios. No dejes que mi corazón se incline a nada malo, para practicar obras impías con los hombres que hacen iniquidad, y no me dejes comer de sus manjares."

Dios al crear al hombre creó un ser el cual le adorara y glorificara en todas las cosas y puso medios para que lo hiciera, entre estos medios estan sin duda los placeres. Cada persona que existe busca encontrar el placer, unos lo encuentran en la comida, otros en el sexo, otros en sus trabajos, otros lo encuentran en una carrera exitosa, cada persona, según su carácter realmente encuentra el placer en un lugar diferente.

Con el pecado el concepto de placer se vio distorsionado y en muchas ocasiones, ahora el placer no es más que aquellas cosas contrarias a Dios. El salmista lo estaba experimentando y así esciribe "Oh Señor, a ti clamo, apresúrate a venir a mí. Escucha mi voz cuando te invoco. Sea puesta mi oración delante de ti como incienso, el alzar de mis manos como la ofrenda de la tarde. Señor, pon guarda a mi boca; vigila la puerta de mis labios. No dejes que mi corazón se incline a nada malo, para practicar obras impías con los hombres que hacen iniquidad, y no me dejes comer de sus manjares."

Él sabía lo placentero que podía llegar a ser disfrutar de los manjares que los pecadores podían ofrecerle, pero en cambio su propósito no era otro que huir de esto y por eso clama a Dios, clama para ser librado del pecado, clama para ser preservado, para que su boca no hable maldad ni diga nada indebido, eleva su oración como una alabanza al Dios eterno.

El salmista rogaba a Dios por su santidad. Las iglesias claman por problemas económicos, enfermedades, matrimonios en crisis y muchas más situaciones por las cuales hay que pedir pero que nos han quitado nuestro objetivo, la busqueda de las cosas espirituales y la santidad debiera estar en las primeras posiciones, debemos buscar la santidad con la humildad de saber que es Dios quien nos tiene que preservar, que es Él el único que nos puede apartar del mal. Ruega a Dios que te preserve y Él te ayudará a seguir santificándote.

Angel Pereira

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