Salmo 143 - Aprendiendo a caminar

"Por la mañana hazme oír tu misericordia, porque en ti confío; enséñame el camino por el que debo andar, pues a ti elevo mi alma."

Los primeros pasos de un bebé siempre son apasionantes, no solo para él, sino practicamente para todos los que le rodean, impresiona más ver la cara de felicidades y de asombro de padres, hermanos, abuelos o tios que la del propio niño, al fin y al cabo ellos mismos caminan y no debería ser tan sorprendente. Pero lo es, crea ilusión, demuestra que el crecimiento es correcto y que el niño sigue su curso normal, empieza a ofrecer independencia y en tan solo unos meses estos pequeños e inestables pasos se convertiran en carreras de un lado al otro.

Cada uno de nosotros hemos aprendido de manera innata a caminar, esta en nuestro ADN y con el paso del tiempi y los años no solo aprendemos a caminar sino que también escogemos cual es nuestro destino y los caminos por los que transitamos. Lo mismo ocurre espiritualmente, aprendemos a caminar, pero necesitamos que nos muestren el camino hacia el cielo, igual que el salmista lo expresó, "por la mañana hazme oír tu misericordia, porque en ti confío; enséñame el camino por el que debo andar, pues a ti elevo mi alma."

Puede parecer extraño, pero el salmista estaba rogando dirección, no porque estuviese a punto de emprender un viaje y no quisiera perderse, sino que elevaba su oración en medio de un momento en el que sus enemigos le atacaban, buscaban tirarlo y él, lejos de confiar en su instinto decide agarrarse a la roca de su salvación, no esta rogando otra cosa que el hecho de que Dios le guíe al camino por el que caminar.

¿Qué camino debemos caminar nosotros? Esta es una pregunta importante que debemos responder y Jesús tiene la respuesta, "yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre si no es por mi". Esta debe ser nuestra oración, Padre enseñame el camino por el que debo andar o en otras palabras, guiame hacia Jesucristo para poder encontrarte, guiamen por el camino de la santidad que la cruz ha abierto para que camine en él, enseñame por donde he de andar para glorificarte y ahora, en la mañana hazme oir tu misericordia.

Angel Pereira

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