"Todos los días te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. Grande es el Señor, y digno de ser alabado en gran manera; y su grandeza es inescrutable. Una generación alabará tus obras a otra generación, y anunciará tus hechos poderosos."
La alabanza a Dios debe ser una parte fundamental de nuestro tiempo de oración, dedicar tiempo a destacar aquellas características y atributos de Dios es necesario y muy beneficioso para nosotros, además esto muestra tanto el conocimiento que tenemos de quien es Dios como nuestro amor hacia Él.
El salmista sabía quien es Dios, le conocía bien y por eso no puede dejar de alabarle, "todos los días te bendeciré, y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. Grande es el Señor, y digno de ser alabado en gran manera; y su grandeza es inescrutable. Una generación alabará tus obras a otra generación, y anunciará tus hechos poderosos."
Las palabras del salmista debieramos poder proclamarlas cada uno de nosotros, bendecir a Dios en nuestro corazón debería ser una obligación, porque Él es bueno y alabarle y exaltarle una necesidad, o ¿acaso no tenemos motivos? Si la respuesta es afirmativa, como el salmista hce en muchas ocasiones debemos contar unos a otros aquellas maravillas que Dios ha hecho y que mereces ser explicadas.
¿Qué maravillas ha hecho Dios contigo? Quizá no recuerdes ninguna grande, pero la mayor que merece ser explicada es la salvación de nuestras almas, el mayor motivo que podemos encontrar de agradecimiento es la misericordia que se derramó en la cruz. No dejemos hoy de alabar y exaltar el nombre de nuestro salvador.
Angel Pereira
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