"Oh Señor, tú me has escudriñado y conocido. Tú conoces mi sentarme y mi levantarme; desde lejos comprendes mis pensamientos. Tú escudriñas mi senda y mi descanso, y conoces bien todos mis caminos. Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda."
Recuerdo cuando era un niño y con mi inocencia infantil que cuando quería hacer algo malo me escondía en el lavabo, donde Dios no podía verme. La idea es verdaderamente absurda, el baño no tenía ningún campo de fuerza que pudiese impedir que Dios me viera, pero siendo un sitio tan íntimo me parecía lógico que Dios no mirara ahí. Al crecer y con el paso de los años me di cuenta de como de absurdo era esa idea y que no tenía ni pies ni cabeza.
Era ilógico pensar que podía esconderme de Dios y al conocer sobre su omnisciencia todo se hizo más lógico. El salmista también había comprendido esto de Dios, "Oh Señor, tú me has escudriñado y conocido. Tú conoces mi sentarme y mi levantarme; desde lejos comprendes mis pensamientos. Tú escudriñas mi senda y mi descanso, y conoces bien todos mis caminos. Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh Señor, tú ya la sabes toda."
El salmista confiesa un conocimiento del carácter y de la persona de Dios realmente certero, el que escribe es alguien que ha tenido comunión con Dios, no escribe por lo que le han contado, escribe porque más de una vez se ha sentido retratado ante Dios, se ha sentido desnudo y sin nada que ocultar, ha visto como sus más oscuros secretos y pecados han sido sacados a la luz por el mismo Dios.
Cuantas veces se ha oído la frase debemos mostrarnos transparentes ante Dios y ciertamente debe ser así, esto no es más que una actitud del corazón al presentarnos ante Dios, pero no tiene ningún sentido creer que si no lo hacemos Dios no se va a enterar de algo. Él conoce lo profundo de nuestro corazón cada pensamiento que le glorifica y cada pensamiento pecaminoso, Él todos los conoce, ningún acto queda escondido para Dios. Ojalá nuestra oración hoy se corresponda con el fin del salmo, "escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno."
Angel Pereira
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