Juan 1:14-18 - El mejor regalo del mundo

"Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de El y clamó, diciendo: Este era del que yo decía: "El que viene después de mí, es antes de mí, porque era primero que yo." Pues de su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer."

A cualquier persona le gusta recibir regalos, pero no solo recibirlos sino también darlos. Es una muestra de cariño hacia otra persona a la cual se le quiere. Para esto hay muchos días durante el año, la mayoría de ellos no son más que herramientas de marketing, pero la realidad es que cualquier día es un buen momento para regalar a alguien.

Hace unos dos mil años, alguien que ama en gran manera quiso hacer un regalo, "y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan dio testimonio de El y clamó, diciendo: Este era del que yo decía: "El que viene después de mí, es antes de mí, porque era primero que yo." Pues de su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia. Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo. Nadie ha visto jamás a Dios; el unigénito Dios, que está en el seno del Padre, El le ha dado a conocer."

Podrán hacernos miles de regalos durante nuestra vida, pero ninguno como el nacimiento y la vida de Cristo, no era un simple hombre, no era solo un gran maestro, no fue unicamente un hombre bueno, era el mismo Dios hecho hombre, era el Rey del universo convertido en un humano. Aunque no perdió su divinidad se hizo como nosotros, teniendo nuestras mismas necesidades, comer, dormir, etc.

Y este nos trajo una esperanza cuando nada había que hacer, y de su plenitud nos llenamos nosotros, Él nos dio lo que no merecíamos, nos dió vida y no escasa, sino abundante. ¿Habrá en la tierra algún regalo mayor que este? Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que no. Él pagó nuestra deuda, y la gracia de Dios nos alcanzó. Si aun no has creido en Él no pierdas el tiempo, quizá no quede mucho tiempo, arrepientete de tus pecados y cree en Cristo.

Angel Pereira


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