Juan 2:13-16 - Mal uso del templo



"Estaba cerca la Pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén, y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados. Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos , y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas: Y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado."

Imaginemos que estamos en nuestra iglesia y en vez de colaborar para que todo salga bien y perfecto a los ojos del Señor, nuestro objetivo es ensuciarla, es decir, convertirla en algo que está mal, que no se debe hacer, cosas insignificantes y que no están bien delante de Dios. Eso podemos ver en este capítulo de hoy cuando los cambistas (personas que cambian monedas) estaban en el templo y Jesús ve como lo estaban convirtiendo en un mercado.

En el capítulo de hoy, vemos cómo Jesús no quiere ensuciar el templo, sino que quiere que sea bien utilizado antes los ojos del Padre: "y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre, casa de mercado." Vemos cómo Jesús estaba en contra de lo que estaba viendo y lo único que hacían los cambistas era destruir el propósito de templo, que era adorar al Señor.

En este capítulo vemos cómo Jesús fue a Jerusalén a visitar el templo, y era cerca de la Pascua, (fiesta que celebraban los judíos) y estando allí vió a vendedores que vendían bueyes y diferentes animales a cambio de dinero. Quiero resaltar, que allí no aceptaban ningún tipo de dinero, sino sólo el del templo. Ninguna otra clase de dinero podía ser usado. A continuación, vemos cómo Jesús ordena que desalojen el templo ellos y todos los animales, porque lo que estaba viendo era ridículo, estaban convirtiendo el templo del Padre en un mercado.

Nos debemos de fijar en lo que hizo Jesús en ese templo, para tomar nosotros su ejemplo. Tenemos que hacer el bien en nuestra iglesia, haya donde nos reunamos, debemos de adorar a Dios como hacían los gentiles en el templo. Si vemos a alguien como los cambistas que hacen lo que no deben en los lugares donde nos reunamos  para adorar, tenemos que corregirles y hacerles ver que eso está mal. Y nuestro deber es ser un ejemplo para las personas que no conocen del Señor, al igual que lo era Jesús. Si estamos en nuestra iglesia, haremos lo bueno (adorando al Padre como los gentiles y no convertirlo en un mercado como los cambistas) siempre para que la gente no creyente lo vea, lo siga y lo crea.

Adam Martinez

Comentarios